Hoy somos un colectivo diverso con personas de diferentes profesiones, edades y procedencias, quienes nos juntamos para sacar adelante cualquier proyecto que se nos ponga en el camino, siempre que tenga un impacto positivo para la comunidad y el mundo que nos rodea.
Trabajamos mediante equipos fluidos. Esto quiere decir que cuando alguien propone una idea, pregunta a la comunidad a quién le apetece liarse y AIDI presta sus herramientas, recursos y canales (o ayuda a buscarlos) para que eso sea posible.
Esto nos ha permitido ser sostenibles a largo plazo, sin depender de cuotas ni de patrocinios, gracias a que un porcentaje de cada proyecto sirve para financiar la actividad básica de la asociación. Todas las actividades que organizamos son gratuitas y abiertas.
En los comienzos, organizábamos eventos, talleres, formaciones, foros… todo sobre Diseño. Teníamos un equipo de voluntarios, un tocho de estatutos, muchos formularios y hasta una sede...
Sin embargo, tardamos varios años en darnos cuenta de que el modelo tradicional del asociacionismo estaba caducado en un mundo cada vez más incierto y dinámico. No tenía sentido tirarnos horas con burocracias y renovaciones de junta, porque la realidad es que aprendemos más cuando nos juntamos con personas distintas y, si encima compartimos valores, empieza la magia.
Cuando tiramos las vallas a la parcela del Diseño, empezaron a venir perfiles de todas las profesiones. Nos dimos cuenta de que nuestra experiencia diseñando nos debía llevar a construir un modelo sostenible, abierto y participativo.
